"Para Teilhard de Chardin, hacer ciencia era hacer teología"

Judith Morán

Para Pierre Teilhard de Chardin, SJ, no existía una separación entre ser científico y ser sacerdote. En algún momento de su trayectoria sus superiores le propusieron sólo dedicarse a la ciencia y no mezclarla un discurso teológico que la Iglesia católica veía con desconfianza, señaló Pedro Reyes, SJ, profesor del Departamento de Filosofía y Humanidades del ITESO.

"Para Teilhard hacer ciencia era hacer teología y hacer teología era, de alguna manera, presentar una nueva idea de ciencia que todavía estaba por nacer […], esa manera de hacer ciencia y de hacer teología quedaban en él en una perfecta unidad", consideró Reyes en el marco del diálogo "Vida y obra de Teilhard de Chardin", celebrado el 26 de abril en el auditorio D1.

Además de Reyes, quien abordó la relación de Teilhard con la espiritualidad ignaciana, en el diálogo participaron Ricardo Aguilar, paleontólogo, y Santiago Aranda, integrante del Consejo Consultivo de la Asociación Americana de Teilhard.

Aranda comentó que en el libro El fenómeno humano se condensa la idea de Teilhard del proceso evolutivo, donde están la creación de la materia y la energía, la vida que surge de dicha creación y el nacimiento de la conciencia.

Al jesuita, a decir de Aranda, le dolía que el mundo religioso y el científico estuvieran separados. "Él veía un potencial enorme de seguir nuestro proceso evolutivo filosófico y de pensamiento a través de unir estos dos mundos", destacó.

Pedro Reyes apuntó que para Teilhard la ciencia no es un conjunto de teorías o de ideas. "La ciencia es una transformación de la vista. Es la capacidad de nuestras miradas de volverse más profundas, y de que cuando se pongan sobre un objeto de la vida cotidiana, podamos encontrar su profundidad".

El profesor del Departamento de Filosofía y Humanidades refirió en su intervención los elementos de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio de Loyola, que son centrales en la visión de Teilhard.

"Para una generación de jesuitas científicos el papel del sacerdote es ser mediador y el científico precisamente es un mediador entre el creador que está trabajando la materia y su pueblo que quiere conocerlo", añadió Reyes.

Ricardo Aguilar señaló que el aporte del jesuita francés como científico es muy valioso en sí mismo, incluso sin la parte filosófica.

El diálogo, que acercó a la comunidad universitaria a Teilhard de Chardin, el hombre de ciencia y teólogo, fue una actividad previa a la presentación de la obra de teatro El corazón de la materia. Teilhard, el jesuita, en el Auditorio Arrupe, SJ en el ITESO, del 8 al 11 de junio.

La entrada no tendrá costo, pero se debe hacer reservación en Ticket Control.